Si deseas visualizar el contenido con las imágenes correspondientes, te invito a visitar mi blog en el siguiente enlace:

Ruta 2 de los dolmenes: Los Zafra en mi blog

Por la mañana, temprano, habíamos realizado la Ruta 5, La Aceña de la Borrega. Debido a su corta longitud, finalizamos a una hora conveniente y nos dirigimos a Valencia de Alcántara para continuar con esta otra ruta.

El punto de partida se encuentra junto al Polígono Industrial de la localidad, en la salida hacia Cáceres por la N-521 (o en la entrada si se viene desde Cáceres). En esta zona es fácil encontrar estacionamiento.

Siguiendo la Calleja de Cabra, que marca el inicio de la ruta, debemos recorrer aproximadamente 400 metros donde encontraremos señales que nos guiarán en todo momento.

En el trayecto, nos llamará la atención un grupo de rocas dispuestas de manera peculiar, lo cual nos hace cuestionar su origen.

Tras caminar los 400 metros indicados, un poste de madera y un hito de piedra con el número «2» grabado nos indicarán girar a la izquierda.

Después de recorrer unos 300 metros más, llegaremos a un punto donde una cancela cierra el camino y una senda a la izquierda nos llevará hasta el Arroyo Barbón.

Este entorno nos sumerge en un lugar encantador, con muros cubiertos de musgo y un suelo de hojas que nos hacen vislumbrar lo que parece ser una antigua calzada romana.

Continuamos siguiendo el sendero marcado por la calzada que nos conducirá, sin desviarnos, hasta nuestro destino.

Tras una suave subida, nos percatamos de un antiguo puentecillo de piedra cubierto de musgo y una roca con posibles marcas antiguas, que captan nuestra atención.

Al coronar la cuesta, encontramos indicadores de los Zafra I y II, junto a un monolito de granito que señala el Zafra I, el primer dolmen que visitamos.

Este dolmen, aunque en mal estado de conservación, destaca por sus dos ortostatos, uno de ellos partido, con alturas superiores a los 2 metros.

Además, el entorno donde se encuentra ubicado es sumamente hermoso, lo que nos lleva a reflexionar sobre su posible propósito funerario.

Dejamos atrás el Zafra I y continuamos nuestro recorrido, encontrando en breve el Zafra II, el mayor monumento de la necrópolis de los cuatro «Zafras» existentes.

Este dolmen, con una gran cámara y corredor, se destaca por sus impresionantes dimensiones y estado de conservación.

La visita nos muestra la grandeza de estos monumentos prehistóricos y nos invita a reflexionar sobre su significado y función en la antigüedad.

Terminada la visita a los Zafras III y IV, regresamos por el mismo camino, maravillados por la riqueza histórica y natural de esta zona.

El recorrido detallado de esta misma ruta se encuentra disponible en alltrails a través de este enlace.

Si prefieres acceder a la ruta con texto y fotos integradas, visita mi blog en este enlace.

Realizada el 19 de abril de 2014, sábado, esta ruta destaca por la belleza de los dólmenes y otros monumentos de interés.

Recomiendo detenerse en el lagar indicado, que probablemente se utilizó para líquidos como aceite o vino, con un canal para verter el producto en otra piedra trabajada.

Resulta sorprendente el círculo de piedras alrededor de una gran peña, posiblemente un lugar de culto.

Es muy interesante observar las piedras que delimitan los laterales de la calzada después del Zafra III. Descender por el camino y apreciar las grandes piedras que recuerdan a la Vía de la Plata, pero más continuadas y mejor trabajadas.

El recorrido detallado de esta misma ruta se encuentra disponible en alltrails a través de este enlace.

Si prefieres acceder a la ruta con texto y fotos integradas, visita mi blog en este enlace.

Realizada el 19 de abril de 2014, sábado, esta ruta destaca por la belleza de los dólmenes y otros monumentos de interés.

Recomiendo detenerse en el lagar indicado, que probablemente se utilizó para líquidos como aceite o vino, con un canal para verter el producto en otra piedra trabajada.

Resulta sorprendente el círculo de piedras alrededor de una gran peña, posiblemente un lugar de culto.

Es muy interesante observar las piedras que delimitan los laterales de la calzada después del Zafra III. Descender por el camino y apreciar las grandes piedras que recuerdan a la Vía de la Plata, pero más continuadas y mejor trabajadas.

En lo alto de un macizo granítico, en medio de la campiña de Valencia de Alcántara, se alza la Ermita de Valbón desde el siglo XVI. Existen dos versiones que intentan explicar su origen. La primera, más legendaria, sugiere que fue construida por un grupo de peregrinos que regresaban de la abadía francesa de Santa María, en Valbonne, de donde tomaron el nombre para el templo. La segunda, de carácter más histórico, indica que el monumento fue erigido junto a otras ermitas por orden de Felipe II en 1569, recibiendo el nombre de Valbón, que proviene del portugués «valle bueno». Las obras fueron encomendadas a Juan Bravo, una figura destacada en la arquitectura de Extremadura en el siglo XVI, y en el santuario se colocó la imagen mariana con esa advocación geográfica. Esta talla fue declarada patrona del pueblo en 1618 y confirmada en 1678 como Señora no solo de la villa, sino de toda la comarca. La ermita sufrió daños durante la Guerra de Sucesión, cuando el municipio fue invadido por las tropas portuguesas. Sin embargo, su declive comenzó con la elección de la Virgen de los Remedios como patrona en el siglo XVIII, pues esta talla estaba en una ermita mucho más cercana a Valencia de Alcántara. La devoción por la Virgen de Valbón dio paso al olvido y abandono del monumento, trasladando la talla al Convento de Santa Clara y perdiendo su rastro desde 1910.

Se trata de una ruta circular de fácil recorrido, ideal para disfrutar en familia. Desde el cerro donde se encuentra la ermita de Valbón, las vistas son realmente impresionantes. A un lado, se puede contemplar Valencia de Alcántara y la campiña cercana, y al otro, el cercano pantano de Alpotrel. La mejor época para hacerla es el otoño, cuando el colorido de los castaños y robles adorna todo el camino.

Comenzamos nuestra caminata desde el polígono industrial Cerro de San Francisco en Valencia de Alcántara. Cruzamos la carretera N-521 y seguimos por el camino de la Zafra, una pista de tierra que nos llevará a los dólmenes Zafra.

El paisaje nos ofrece praderas y olivos bien cuidados a ambos lados del camino. Descendemos por una empinada senda hasta llegar al arroyo Barbón, que cruzamos para continuar por su margen derecho, embarrado por las recientes lluvias.

Seguimos por una buena pista, dejando a un lado la Huerta Látigo y a otro la Pipa, rodeados de bloques de granito cubiertos de musgo. Ascendemos por el camino viendo la ermita de Balbón a lo lejos a nuestra izquierda y la sierra de San Mamede a la derecha.

Llegamos a un cruce de caminos donde se desvía hacia la ermita de Balbón, pero continuamos adelante. A lo largo del camino, vemos alcornoques y eucaliptos.

Pasamos por la casa de Malfundo, donde encontramos una noria antigua y enormes naranjos. Más adelante llegamos al pantano de Alpotrel y recorremos su presa.

Después de recorrer la presa, optamos por no seguir una senda cerrada por zarzales y continuamos por la pista hasta un desvío que indica el camino a la ermita.

Finalmente, llegamos a la ermita de Balbón, de estilo gótico y en ruinas, con una rica historia que se remonta al siglo XVI. Desde allí, disfrutamos de unas vistas magníficas de la región.

Continuamos hacia los dólmenes Zafra, pasando por praderas y alcornoques centenarios hasta llegar a los dolmenes Zafra IV, III, II y I, cada uno con su propia historia y conservación.

Tras un descanso entre las rocas de granito, descendemos por la senda y finalizamos nuestra caminata de regreso al punto de partida en el polígono Cerro de San Francisco.

Comienzo de la ruta desde la casa de caminero de Valencia de Alcántara, en dirección a San Pedro por la carretera CC-107. Cruzamos el arroyo Peje y seguimos por la misma vía hasta llegar al cruce que nos lleva al Dolmen de la Barca, señalizado con pintura blanca y amarilla en un bloque granítico. Después de visitarlo, volvemos sobre nuestros pasos y continuamos hasta el cruce con la CC-165, que seguimos hasta llegar a la CC-98. Desde allí, tomamos un camino de tierra que nos conduce al Dolmen La Miera, rodeado de zarzas en su interior. Después de salir al mismo camino tras saltar un muro, giramos a la izquierda y llegamos al cruce que nos lleva al Dolmen Tapada del Anta, un dolmen bien conservado al que se accede tras abrir una cancela y caminar unos 200 metros.

En el cruce, quienes deseen ampliar la ruta pueden tomar a la izquierda para llegar al Molino de la Negra, mientras que nosotros seguimos a la derecha para llegar al paraje Huerta de las Monjas. Intentamos acceder al Dolmen de las Monjas, pero el acceso estaba bloqueado por una densa vegetación, por lo que desandamos el camino hasta el Cortijo El Cortiñal. Regresamos al cruce con la CC-98 y desde allí tomamos dirección a la CC-107 para regresar al punto de inicio de la ruta.

Es un recorrido bonito gracias a los paisajes de esta época del año, aunque la mayoría del trayecto transcurre por asfalto. Como sugerencia, recomendaría en lugar de dirigirse al Dolmen de las Monjas al final de la ruta, tomar el camino hacia el Molino de la Negra, ya que el acceso al primero es imposible debido a la vegetación que lo obstruye y nadie parece estar pensando en limpiar la zona para facilitar su acceso.

Comienzo de la ruta desde la explanada del Restaurante San Blas, ubicado en el Polígono Industrial Cerro de San Francisco cerca de N-521 de Valencia de Alcántara. Se camina 250 metros por el margen derecho paralelo a N-521, cruzando la carretera y tomando el camino de la Zafra. Después de recorrer medio kilómetro, encontramos una bifurcación, donde tomamos el camino de la derecha que nos lleva a través de dehesas y varias fincas de ganado hasta llegar al pantano Alpotrel.

El camino de tierra finaliza y tomamos una carretera hacia la izquierda que nos conduce hasta la presa Alpotrel. Al regresar sobre nuestros pasos, a unos 500 metros en el camino de tierra, tomamos una senda a la derecha que sigue el curso de un arroyo, cruzando varias fincas ganaderas hasta llegar al depósito de agua y luego a la Ermita Balbon.

Para acceder a la Ermita, la única tachuela del recorrido, debemos tomar un camino empedrado que sale a la derecha del camino después de pasar una portera de una finca. La ascensión es bastante bonita y fácil, gracias a las numerosas piedras graníticas que facilitan el ascenso. Una vez visitada la Ermita, el resto del recorrido nos adentra nuevamente en la dehesa para visitar los cuatro dolmenes de la Zafra (I, II, III, IV), antes de enlazar de nuevo con el camino inicial que dejamos a la izquierda y regresar a la explanada del restaurante.

Se trata de una ruta sencilla y agradable que se puede realizar con niños, al menos para visitar la Ermita y los dolmenes.

Comenzando el año con una excursión a Geográfica. A pesar de saber que podría llover a partir del mediodía, decidimos arriesgarnos y explorar el campo bajo la lluvia. La climatología nos permitió visitar varios dólmenes y la ermita de Valbón, destacando la importancia de la zona. Este lugar es considerado uno de los conjuntos megalíticos más relevantes de Europa, con 43 dólmenes pertenecientes a los periodos Neolítico y Calcolítico, declarados Bien Cultural con Categoría de Zona Arqueológica.

La ermita de Valbón, situada a unos cuatro kilómetros de Valencia de Alcántara, es un monumento emblemático construido en el siglo XVI en estilo gótico. En su interior, se conservan pinturas de motivos vegetales en colores ocres, azules y verdes, y en su exterior se pueden apreciar contrafuertes que refuerzan su estructura. A pesar de su mal estado de conservación, la ermita sigue mostrando su majestuosidad sin necesidad de adornos excesivos.

La Ermita Valbon fue fundada en la segunda mitad del siglo XVI por un grupo de peregrinos que regresaban de la Abadía de Santa María en Valbonne, Francia. Diseñada por el arquitecto Juan Bravo, la ermita se construyó sobre un macizo de granito y alberga la imagen de la Virgen de Valbon. En 1618, esta imagen fue proclamada patrona de Valencia de Alcántara, celebrándose cada año una procesión en su honor el 2 de febrero. A lo largo de los años, la ermita ha sido testigo de cambios, incluyendo la construcción de una nueva capilla (Virgen de los Remedios) en una colina cercana. A pesar de ser abandonada en el siglo XIX, la antigua capilla aún conserva algunos murales como vestigio de su pasado.

A pesar de las condiciones climáticas adversas, no pudimos visitar los dólmenes Cajirón ni el mellizo. Esperamos tener la oportunidad de explorarlos en otra ocasión.

Ruta circular que incluye la visita a los dólmenes de La Zafra y la ermita de Valbón, sin presentar dificultades.

En un macizo granítico dentro de la campiña de Valencia de Alcántara, se yergue la Ermita de Valbón desde el siglo XVI. Hay dos versiones acerca de su origen. La más legendaria sugiere que fue construida por peregrinos que regresaban de la abadía francesa de Santa María, situada en Valbonne, nombre que inspiraría el templo. Otra versión más histórica indica que el monumento surgió a causa de una solicitud de Felipe II en 1569, y fue construido por Juan Bravo, figura destacada en la arquitectura extremeña del siglo XVI. La imagen mariana, venerada en el santuario, fue nombrada patrona de la localidad en 1618 y de la comarca en 1678. Durante la Guerra de Sucesión, la ermita sufrió daños debido a la invasión portuguesa. La proclamación de la Virgen de los Remedios como patrona en el siglo XVIII ocasionó el declive de la devoción a la Virgen de Valbón, llevando al olvido y abandono del monumento.

La talla de la Virgen fue trasladada al Convento de Santa Clara en 1910, y desde entonces no se tienen registros de su paradero.

Recorrido muy interesante con varios puntos de interés, como la ermita Valbón y los dólmenes «Zafra». Se recomienda seguir la ruta en el sentido propuesto y tener precaución si ha llovido mucho en días anteriores, ya que algunos senderos pueden estar inundados.
Es una ruta considerada «fácil», aunque la subida a la ermita puede resultar exigente.
Hay numerosas áreas sombreadas que hacen más llevadero caminar en días soleados.
Ideal para enseñar a los niños qué es un dolmen durante la excursión.