El pronóstico del tiempo para hoy Sábado no era muy alentador en Euskadi, con nubes en todo el territorio y posibles lluvias a lo largo del día, especialmente en las primeras y últimas horas.

La zona de La Rioja Alavesa era una de los lugares con menos probabilidades de lluvia, por lo que decidí dirigirme hacia allí para hacer una ruta comodín, es decir, un recorrido que se puede realizar sin problemas independientemente del clima.

Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 116:

Comencé en la encantadora localidad alavesa de Laguardia, con un cielo amenazador (incluso tuve un buen chaparrón en el camino al pueblo, en el puerto de Herrera) pero por suerte sin lluvia por el momento.

Descendí por la parte izquierda hasta llegar a un sendero de tierra/piedras, con la intención de rodear la laguna Prao de la Paul. Antes de completar el recorrido alrededor de la laguna, me desvié a la derecha para seguir una serie de caminos que me llevarían al pueblo de Elvillar.

Estos caminos combinaban la tierra/piedra con el cemento, y eran fáciles y cómodos de transitar, incluso si había llovido recientemente y estaban un poco embarrados.

Lo más destacado de la ruta era la vista impresionante de la larga sierra de Cantabria o Toloño hacia el Norte, con extensos viñedos a los lados, todavía verdes a pesar de la temporada.

Antes de llegar a Elvillar, tomé un desvío por una carretera que en un kilómetro me habría llevado directamente al dolmen La Chabola de la Hechicera, pero opté por un atajo natural a la izquierda.

Este dolmen es uno de los más importantes de Euskadi, muy bien conservado y descubierto en 1935. En las excavaciones se encontraron diversos objetos y restos humanos, y cerca del dolmen se celebra un akelarre en torno a la virgen de Agosto.

Después de explorar el dolmen, regresé a Elvillar y luego me dirigí hacia el Norte por un sendero de tierra y hierba, con el objetivo de llegar a Cripán evitando en la medida de lo posible las carreteras.

El siguiente pueblo en mi ruta era Cripán, al cual llegué después de ascender lentamente por la base del monte San Tirso. Desde allí, giré hacia el Este y finalmente alcanzé el pueblo.

El último tramo de la ruta me llevó de Cripán a Lanciego, caminando por un sendero en dirección Sur y luego hacia el Este por una carretera con poco tráfico. Lloviznaba ligeramente en ese momento.

Recorrí los lugares más interesantes de Lanciego antes de concluir mi ruta en la marquesina.

PD: Para llegar a Laguardia tomé el autobús de la línea 9 de Alavabus desde Vitoria. Para volver, reservé con un día de antelación un taxi comarcal que me llevó de Lanciego a Laguardia, y desde allí regresé a Vitoria en el mismo autobús.

En la etapa de la G38, Ruta del Vino y del Pescado, al salir de Laguardia se puede estacionar el automóvil en La Olla, donde hay una zona de aparcamiento. Tomamos una carretera en dirección a la Cruz del Castillo, que está justo enfrente. A lo lejos, a la izquierda, se encuentra la bodega Ysios, diseñada por el famoso arquitecto Santiago Calatrava. La carretera se convierte en pista y encontramos diferentes señales en el camino.

Más adelante, la pista se transforma en un camino rodeado de abundante boj. Al llegar al collado del Toro, el sendero de tierra se vuelve pedregoso en algunos tramos, ascendiendo en zig-zag hasta la cumbre, desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas. Sin embargo, el frío y el viento nos obligan a descender a una zona protegida para comer algo.

De regreso al collado del Toro, iniciamos el descenso a través de un hermoso bosque de hayas, donde encontramos una placa que explica la importancia histórica de este camino para los habitantes de Lagran, así como una carbonera. Estamos en la senda de las carboneras. Por último, tomamos una pista asfaltada que nos llevará directamente de vuelta a Lagran.

En la etapa de la G38, Ruta del Vino y del Pescado, al salir de Laguardia se puede estacionar el automóvil en La Olla, donde hay una zona de aparcamiento. Tomamos una carretera en dirección a la Cruz del Castillo, que está justo enfrente. A lo lejos, a la izquierda, se encuentra la bodega Ysios, diseñada por el famoso arquitecto Santiago Calatrava. La carretera se convierte en pista y encontramos diferentes señales en el camino.

Más adelante, la pista se transforma en un camino rodeado de abundante boj. Al llegar al collado del Toro, el sendero de tierra se vuelve pedregoso en algunos tramos, ascendiendo en zig-zag hasta la cumbre, desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas. Sin embargo, el frío y el viento nos obligan a descender a una zona protegida para comer algo.

De regreso al collado del Toro, iniciamos el descenso a través de un hermoso bosque de hayas, donde encontramos una placa que explica la importancia histórica de este camino para los habitantes de Lagran, así como una carbonera. Estamos en la senda de las carboneras. Por último, tomamos una pista asfaltada que nos llevará directamente de vuelta a Lagran.

En esta ocasión hemos llegado a Laguardia, situada a los pies de la sierra de Cantabria, para realizar un recorrido circular y admirar las viñas que la primavera ha revestido de un hermoso colorido. También hemos tenido la oportunidad de visitar esta encantadora villa medieval y una bodega donde nos han explicado todo el proceso de elaboración del vino.

En torno al año 908, el rey Sancho Abarca mandó construir un castillo para proteger a Navarra de los ataques, ya fueran de los castellanos o de los moros. Más tarde, en 1164, Sancho VI otorgó a Laguardia el fuero de población, elevándola a la categoría de villa, lo que atrajo a comerciantes y artesanos, dando lugar a la construcción de viviendas, la puesta en cultivo de los campos y el surgimiento de nuevas aldeas.

Sancho VII, conocido como el fuerte, fortificó la villa entera con murallas que partían desde el castillo y se interrumpían de trecho en trecho por torreones cuadrangulares sobresalientes del muro, adornados con almenas y saeteras, contando con cuatro puertas: Páganos, Mercadal, San Juan y Santa Engracia, a las que se sumó en el siglo XV la puerta de Carnicerías. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX, las murallas sufrieron diversas destrucciones, siendo la última, en 1874, cuando la fortaleza fue demolida y Laguardia se convirtió en un pueblo abierto, conservando solamente dos torres convertidas en campanarios, algunas torres menores y algunos restos de la antigua muralla.

El recorrido fue bastante sencillo, comenzando por el antiguo poblado de la Hoya, pasando luego por el dolmen del alto de la huesera y continuando por el camino ignaciano hasta llegar a la Chabola de la Hechicera. A pesar de nuestra intención de visitar el humedal, el horario de la visita a la bodega nos obligó a acortar el trayecto y finalizar nuestro paseo por la carretera.

Ruta circular por las lagunas y viñedos de Laguardia, encantadora localidad medieval situada en la Rioja Alavesa. La caminata de 12 kilómetros parte desde la puerta de San Juan, sin dificultad técnica y casi completamente llana. Realizada en época de vendimia, permite disfrutar plenamente del ambiente campestre y el aroma de la temporada (5 de octubre).

El recorrido está perfectamente señalizado con balizas y letreros de marcas blanquiazules, oficialmente conocido como ‘Complejo lagunar de Laguardia’. Parte del camino coincide con el GR-38 (Camino Ignaciano) y discurre por pistas asfaltadas utilizadas por los agricultores.

Se pueden ver tres lagunas naturales estacionales (Carralogroño, Musco y Carravalseca) y una balsa artificial, la balsa del Prao de la Paúl, que incluye un pequeño observatorio de aves acuáticas.

También se encuentran chozos o guardaviñas, pequeñas cabañas de piedra con cúpula que solían ser refugio para los viticultores en la Edad Media y que ahora son parte característica del paisaje vinícola alavés.

La ruta comienza en la puerta de San Juan, uno de los cinco accesos a la muralla de Laguardia, que merece una visita tanto antes como después del recorrido. Laguardia forma parte de la red de ‘Pueblos más bonitos de España’.

22 de Agosto de 2019

El Monte de la Calavera, con una altitud de 1.396 metros, es una de las montañas emblemáticas de la Sierra de Cantabria que no debe dejarse de visitar al menos una vez en la vida.

Ubicado al norte del encantador pueblo de Laguardia, la ruta desde este punto es uno de los caminos habituales para ascender. Otra opción es subir desde El Villar o desde Lagrán, ambos senderos con una belleza extraordinaria y cierta dificultad debido al desnivel que se debe superar en pocos kilómetros.

En esta ocasión, Mon, Leo y yo, nos aventuramos a subir desde el antiguo poblado celtíbero de la Hoya, situado a menos de un kilómetro al norte de Laguardia. Allí visitamos un pequeño museo con restos arqueológicos y recreaciones de las antiguas viviendas.

Comenzamos la ruta partiendo desde el estacionamiento del museo y ascendiendo por un tramo asfaltado, dejando la bodega de Yssios a nuestra izquierda. Luego pasamos por viñedos y bosques de carrasca y boj, siguiendo el sendero GR 38.

Conforme avanzábamos, el paisaje se transformaba, hasta llegar a una senda estrecha que nos llevó a una zona plana y abierta con una hermosa campa de montaña. Desde allí, divisamos la última subida hacia la imponente montaña coronada por la cruz metálica.

La pendiente se volvía más empinada a medida que ganábamos altura, atravesando un hayedo y superando los últimos tramos rocosos antes de llegar a la cima. Las vistas desde la cima eran espectaculares, recordándonos la grandeza de la naturaleza.

Tras descansar y reponer fuerzas bajo la cruz, emprendimos el regreso siguiendo el mismo camino de ascenso. Esta ruta es un clásico del senderismo en la Sierra de Cantabria, con vistas impresionantes y compañía inmejorable.

Tiempo total en movimiento: 3 horas y 32 minutos.

La segunda parte de la Ruta del Vino y del Pescado (GR38) ha sido acortada para permitir la ascensión a La Cruz del Castillo, una caminata de dificultad fácil. De igual manera, se incluye la posibilidad de realizar la subida a La Rasa, con una altitud de 1454 m, aunque se advierte que no es recomendable para aquellos que no estén acostumbrados a trepar. Esta ruta presenta una estrecha chimenea casi al final con cierta complejidad, tanto para ascender como para descender. Además, cuenta con un paso vertical y estrecho que requiere cierta destreza. Se recomienda llevar compañía, preferiblemente alguien con conocimientos en escalada (F), y una cuerda para facilitar el ascenso y descenso de la chimenea.

Hora Inicio: 06/05/2016 09:18
Hora Fin: 06/05/2016 13:46
Distancia recorrida: 14,3 km (04:27 ordu)
Altura Mínima: 590 m
Altura Máxima: 1454 m
Ganancia Altitud: 897 m
Pérdida Altitud: -808 m

PASEANDO POR LAGUARDIA (Laguardia – Araba)

Esta vez nos dirigimos a Laguardia para recorrer sus calles, disfrutar de su gastronomía y, por supuesto, degustar sus magníficos vinos. Una vez lleguemos, deberemos estacionar nuestro vehículo en alguna de las cinco zonas de aparcamiento habilitadas alrededor de las murallas. En total, hay 237 plazas disponibles en las diferentes zonas. Tuvimos la suerte de encontrar espacio en el aparcamiento número 2, justo frente a la muralla.

Al salir del aparcamiento, nos encontramos en la Calle Sancho Abarca Ibilbidea, giramos a la izquierda y subimos un poco, hasta encontrarnos con unas escaleras que nos llevarán a las murallas de Laguardia. Llegamos a una zona verde y decidimos ir hacia la izquierda, en busca de una de las cinco puertas de acceso a la localidad.

En nuestro recorrido, nos topamos con un trilito, una construcción megalítica que consta de dos grandes piedras verticales sosteniendo una tercera horizontal en la parte superior. Laguardia está rodeada de restos prehistóricos que testimonian su importancia desde tiempos remotos. Algunos dólmenes en la zona datan del Neolítico, hace más de 6.000 años. Dejando atrás la prehistoria, continuamos nuestro camino hacia la entrada de Laguardia.

Llegamos a la Puerta de Santa Engracia, orientada hacia el nordeste y decorada con una imagen de San Antonio en su interior. Un cartel del Ayuntamiento nos recomienda usar mascarilla dentro del casco antiguo debido a la estrechez de las calles. Proseguimos por la Calle Mayor para explorar Laguardia perdiéndonos entre sus calles.

La Plaza Mayor alberga la Casa Consistorial, diversas hospederías y la Puerta de Nueva o de Carnicerías en el lado opuesto. Continuamos por la Calle Santa Engracia hasta llegar a la Iglesia de San Juan Bautista, con una entrada conocida como la «de los abuelos» por su antigüedad y características arquitectónicas.

Continuamos nuestro recorrido por el centro histórico y llegamos a la Plaza de la Cárcel, donde actualmente se encuentra el Centro de Salud de Laguardia. Siguiendo por la Calle Mayor, llegamos a la Puerta de Mercadal, la puerta más al sur de la localidad.

Subiendo por la Calle Mayor, nos topamos con el estanque celtibérico de la Barbacana, construido hace más de 2.000 años y considerado el mayor de la Edad de Hierro en Europa. Proseguimos por la Calle de los Páganos hasta la Puerta de Páganos, ubicada en la parte oeste de las murallas.

Cuando llegamos al extremo norte, nos encontramos con la imponente Iglesia de Santa María de los Reyes, con elementos arquitectónicos que abarcan desde el románico hasta el barroco. Junto a la iglesia, se erige la Torre Abacial, una torre-castillo de origen militar y gran valor histórico.

Terminamos nuestra visita en la Plaza del Gaitero, donde admiramos la escultura «Viajeros» del artista Koko Rico. Tras un momento de relajación, iniciamos el regreso explorando nuevamente las calles de Laguardia antes de salir por la Puerta de Santa Engracia y regresar al parking.

Distancia: 3 kilómetros 500 metros. Desnivel: 60 metros. Duración: A elección.

Un sábado por la tarde, con el calor del sol mitigado por la brisa suave, decido dar un paseo. Junto al Hotel Villa de Laguardia, hay un sendero que lleva a Villa Lucia y luego a las Bodegas el Campillo. Después de pasar por ellas, se gira a la izquierda para adentrarse en un camino de tierra que conduce a la laguna.

Al acercarme a la laguna, sigo el camino hacia la derecha y llego a una atalaya desde donde se puede observar gran parte de la laguna. Si tienes paciencia y unos prismáticos, podrás ver diversas aves. Continúo mi camino rodeando la laguna, la mayor parte del tiempo bajo la sombra y cruzándome con poca gente.

A lo largo del recorrido, se pueden apreciar carteles informativos y algunos bancos, así como desvíos que llevan a otras lagunas como Carralogroño, Musco y Carravalseca. Sin embargo, mi objetivo hoy es simplemente dar una vuelta por La Paul.

El siguiente punto destacado en el camino es la caseta de observación de aves, perfecta para fotografiarlas. Un poco más adelante, me desvío del camino para observar las viñas y las formaciones rocosas. Regreso al sendero y llego a la entrada principal del paseo, donde hay mesas a la sombra para descansar o comer, aunque no hay agua ni asadores como medida de precaución.

Casi al terminar mi recorrido, decido visitar el circuito de minicoches que aficionados diseñaron años atrás, ubicado detrás de la Bodega del Campillo. A pesar de estar un poco descuidado, supongo que será acondicionado para el entretenimiento de los visitantes en verano.

Finalmente, sigo la pista para salir a la carretera y regresar al punto de inicio de mi paseo. Esta vuelta de una hora de duración es ideal para disfrutar de un tranquilo recorrido a la sombra en días calurosos. ¡Hasta la próxima, paseandoelmonte!

La ruta del vino y el pescado, conocida como GR38, atraviesa Euskadi desde Oyon hasta Bermeo, pasando por paisajes variados y hermosos.

Decidimos realizar esta ruta en dos partes, dividiéndola en ocho etapas en total, para disfrutar al máximo de cada tramo del camino.

En la segunda etapa, dejamos atrás los viñedos y nos adentramos en una empinada subida por la sierra de Toloño. El terreno se vuelve pedregoso y desafiante, atravesando un bosque de quejigos y luego un sendero que nos lleva al collado del Puerto del Toro. Desde allí, continuamos hacia la Cruz del Castillo y descendemos por un empinado sendero entre hayas hasta Lagrán.

En este encantador pueblo, hicimos una parada en el centro de interpretación del GR38 para reponer fuerzas antes de adentrarnos en un frondoso hayedo que nos llevó hasta Laño. Una vez allí, descansamos en la plaza junto a una antigua fuente antes de continuar hacia la cueva de las Govas, un importante sitio de la Alta Edad Media. Finalmente, llegamos a Albaina tras un tramo más favorable en nuestro camino.